Diego regenta con mucho esfuerzo y dedicación una pequeña granja familiar local, muy cerca de nuestra quesería. En la Tierra de Campos dentro de la provincia de León, un territorio privilegiado, rodeado de extensos campos de cultivo, cereales y viñas, y regado por las aguas puras que nacen en las montañas de León, cuida las ovejas y las alimenta con una dieta saludable a base de pastos naturales y materias primas del territorio. Él nos provee la leche que empleamos en nuestro proceso de elaboración y nosotros nos sentimos muy orgullosos de su trabajo y de la calidad de esta leche con la que elaboramos nuestros quesos.
La leche es el principal ingrediente para obtener un buen queso, pero no el único si pretendemos lograr un queso tradicional, auténtico, con un aroma intenso y un sabor potente, que perdure en boca y que nos evoque recuerdos de nuestro territorio.
Por eso nosotros empleamos fermentos que obtenemos de manera única con leche de nuestras ovejas madurada 3 veces por semana, cual “masa madre” que se fermenta cada día en la elaboración de panes de calidad.
Mediante este laborioso proceso, que científicamente se conoce como backslopping, logramos unas características autóctonas a partir de las propias bacterias de nuestra leche, respetando la microbiota autóctona y evitando la pérdida de características organolépticas singulares.
Al emplear leche cruda, sin ser sometida a ningún tratamiento térmico, y cuajo animal natural, mantenemos todas las enzimas naturales que existen en ellos, lo que se traduce en la etapa de maduración y afinado en cámara, en una mayor complejidad y calidad sensorial de nuestros quesos.
Complejidad y calidad sensorial autóctona gracias al empleo de:
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- Leche cruda de oveja
- Cuajo animal natural
- Fermentos autóctonos propios
Por todo ello estamos orgullosos de poder ofrecerte un queso único, con identidad propia, gracias a unos sabores y aromas diferenciales aportados por nuestro territorio.